Nunca olvidaré este día.
Yo no quería tenerte, no quería tener OTRA responsabilidad, tenía (tengo) deudas que pagar y demás cosas. Una mascota -le dije a mi sobrina- es responsabilidad, debes darle una buena calidad de vida, alimento, vacunas, aseo, un lugar propio y muchos etc. Casi como tener un hijo.
Luego de unos días, semanas, volvió a insistir en el tema. Lo pensé, realmente lo pensé y medité. No quería aceptar a una mascota porque sí. Pero... había un pero, mi debilidad.
Llegaste por la tarde un 1° de junio del 2021 ¡Un bebé de casi 3 meses! y te metiste muy rápido en mi corazón, tal vez demasiado rápido.
Esta vez quería hacer las cosas bien y te compré casi de todo, incluidas tus vacunas y todo estaba bien... demasiado bien hasta que un día de pronto te pusiste enfermito.
Y todo se derrumbó.
Mi corazón se rompía cada vez que te veía dormir y no probabas bocado de nada, solo tomabas apenas agüita.
Traté de ser fuerte, te decía que esperaba que mejores pronto para jugar y crezcas mucho y me ignores luego, que me quieras solo cuando te daba comida rica.
Lloré mucho, tenía mucha impotencia, me preguntaba porqué cada vez que quiero a alguien tanto siempre se va.
Me deja sola.
Te fuiste tranquilo, fuiste muy valiente hasta el último momento. Me aguanté las lagrimas por milésima vez junto a la veterinaria. Eras solo un bebé...
Mi corazón se rompe nuevamente.
Pequeño Cosmos, mi hermoso gatito negro, regresa al universo y viaja y brilla sobre mí.
Por favor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario