miércoles, 30 de abril de 2014

Rebasando límites

El pasado fin de semana fue del todo prometedor... y un tanto catastrófico por mi parte.
El día sábado 26, una compañera de trabajo hizo una REUNIÓN por su cumpleaños en su casa. Todo tranqui, hasta medio aburrido en un punto ya que todos nos mirábamos las caras (todos mis compañeros de trabajo fueron) y no había otra cosa más que hacer (seámos sinceros, el alcohol te desinhibe demasiado) hasta que empezaron a venir las rondas de alcohol.
Botellas, jarras y vasitos de colores con alcohol. Whisky, Ron, Cerveza y hasta Tequila había no recuerdo muy bien (por obvias razones).
Todo iba bien hasta cierto punto, la joda del momento todos empiladazos mal... hasta que perdí el conocimiento de mis actos y terminé haciendo burrada y media. No podía abrir bien los ojos ni distinguir a las personas; en fin directo al punto: terminé besándome con un antiguo compañero de trabajo... el mejor amigo del chico número tres.
No debería decir que él se aprovechó de mí (lo cual es cierto) pero al fin y al cabo yo le correspondí de tanto que se me pegaba.
Me arrepiento de haberlo hecho.
Y de otra cosa que me arrepiento es que el chico número cuatro, el cual me cuidó luego de haber hecho esa atrocidad, sabe lo que siento por él porque se lo confesé todo en mi estado de ebriedad.
Le dije que me gustaba, que lo quería demasiado y le dije tantas cosas que hasta él mismo no se lo podía creer. Y tengo miedo que eso arruine nuestra amistad, porque lo quiero tanto que no soportaría un cambio suyo de actitud.
Lo peor es que ahora todos en mi trabajo (aunque ya al haber pasado unos cinco días de eso se han calmado un poco) me joden con el SHOW que hice con Alonso, así se llama mi ex compañero de trabajo.
Odio no poder controlarme cuando estoy bebiendo un trago nuevo, y odio no tener la voluntad para decir NO al cigarro.
Esos dos componentes son mi perdición.
Solo queda olvidar ese amargo trago.

sábado, 26 de abril de 2014

Experimento mal hecho

En mi mundo, no había otra cosa nada más que música, lectura y mi almohada. Claro, ahora todo sigue igual, excepto por otro complemento desagradable cabe decir: los muchachos.
Desde que tengo uso de razón, me gustaron mucho los niños (hiperactiva con el sexo opuesto plz) pero debido a causas del cruel destino, estuve alejada de ellos durante un buen tiempo (casi toda mi adolescencia). Sin embargo, los años pasan y las facturas en gastos personales crecen... me puse a trabajar, y creo que esa fue mi perdición, hasta hace poco.

No sé cómo, no sé por qué, pero ahora mi mente está hecho un alboroto... y mi corazón desgastado.
Porque estoy ilusionada con un muchacho comprometido, cegada por el deseo con otro, y  en planes de engatusamiento con otros dos.

El primero.... es un amor de persona. Es todo lo que pedí, es lo contrario a mí.... pero ya tiene a alguien en su corazón, y lo que es peor (para mí) es que está muy enamorado de ella. 
Y eso le duele a mi corazón, porque cree estar enamorado al fin.
El segundo... es un BOOM de esos que llegan y te hacen ver estrellitas. Intenso, atrevido, enamorador... jamás había sentido con él ese deseo por alguien. Sin mentir, con él de todo.
El tercero... es un niño tan parecido a mí que me da agudos dolores de cabeza. Todo el tiempo peleamos, aunque tengamos demasiadas cosas en común. Él es mi parte masculina, es un buen amigo... hasta que me confesó que le gustaba. Desde ahí todo tranquilo, normal, pero mi corazón quiere ir en su dirección y eso es algo que no estoy dispuesta a permitirle hacer... aunque yo lo quiera un poquito. Porque él me está empezando a gustar mucho.
Y el cuarto... él es una hermosa persona. Es de aquellos que los ves crecer a tu lado y superan tus expectativas. Es aquel que quieres proteger para que los demás no le hagan daño; es aquel que estará a tu lado y te brindará concejos cuando los necesites...él es mi buen amigo, mi mejor amigo aunque él no lo sepa. Aquel que corrompí de una forma muy graciosa, y del que ahora estoy empezando a sentir algo más que un simple cariño de amigos. 

Y es que ninguno de los cuatro es mi tipo de chico ideal ¡NINGUNO! Pero ahí está alguien jugando a la toma de decisiones y me pone en esta encrucijada preguntándome : ¿Qué debería hacer?

viernes, 25 de abril de 2014

El pasado y el presente: ¿A quién elegir?

Hasta hace poco no más de un par de semanas, el pasado de mi vida le está pisando los talones al presente que vivo a pleno. Y tengo que decir que es mi culpa, porque la mayor parte vivo de recuerdos. 
Yo soy la que los busco.
Dos personas, totalmente diferentes en cada etapa de mi corta vida experimental, han vuelto de la misma forma en cómo llegaron: porque yo lo quise.
Solo basta ese bichito de la curiosidad para que quiera saber más de lo debido e involucrar emociones que deben ser ajenas a mi sentir.
No suelo ser una persona abierta emocionalmente la mayor de las veces.
Sin embargo esto está cambiando y mi estabilidad se está yendo por los suelos. Quiero uno, quiero lo otro... y no me decido.Es demasiado frustrante y ambigüo al mismo tiempo, porque me molesta mirar atrás, pero me tomo el tiempo de hacerlo cuando me distraigo. Y debo pararlo. Debo comprender que no siempre es bueno remover viejas cajas llenas de polvo al mismo tiempo, ya que al hacerlo te puedes sorprender de lo que encuentres al paso.