domingo, 1 de marzo de 2015

LO QUE HAY DETRÁS DE LA "M"

A pesar de que ha pasado mucho tiempo desde que no pude expresarme psicológicamente, hoy decidí escribir sobre la persona número tres.

Cuando lo conocí fue desde que empezó a ser una parte importante dentro de mi entorno de trabajo, alguien a quien considerase de mi nivel (la más humilde) y también porque sus dos amigos me comentaban cosas de él, cosas a las que no prestaba en lo más absoluto mi preciada atención.
Luego de... meses, a mi parecer, le fui ganando algo de estima; almorzábamos juntos (yo y una amiga más junto a él) y conversábamos cosas divertidas... él es una persona muy divertida hasta el día de hoy.
Los días pasaban y bueno, algunas oportunidades conversábamos los dos de muchas cosas.... descubrí que tenía el mismo signo que yo (cosa que me fascinó pues siempre buscaba a alguien escorpio), que vivía cerca al distrito de donde estudiaba secundaria, que tenía una medio hermana, que le gustaba divertirse, los vaciles, y descubrí que era una persona muy interesante... de esas que me llaman la atención... de esas que pueden llegar a cambiar tu estilo de vida.
Un día, no recuerdo cuándo cómo ni por qué, él yo y una amiga más decidimos ir a la casa de él... bueno no precisamente a su casa sino que.... ¿Cómo decirlo? él nos contó acerca de una bebida rara (alcohol barato) que vendían cerca a su casa y como en ese entonces mi vida bohemia había comenzado, nos aventuramos en la noche y decidimos probar a ver qué tal era.
Esa noche descubrí al poderoso "torito" (gaseosa combinada con alcohol) y descubrí que por más que una diga no... acaba siendo un sí. Mi amiga siempre nos había dicho que acabaríamos vacilando porque se veía la mutua atracción, pero yo y él o sea nada que ver.
Hasta que esa noche sucedió.
Fue intenso... aún puedo recordarlo. Fue tal vez el alcohol (obvio que sí) o tal vez lo poderoso que es nuestro signo (somos el signo más apasionado del zodiaco) sea cual sea el motivo, mis labios ardieron cuando nos besamos duro y fuerte.
De ahí en adelante todo transcurrió normal. Seguimos conversando, nos volvimos más amigos, me contó muchas cosas de su vida, sus experiencias, sus pesares, sus pensamientos... sus sentimientos y de cómo él era un persona única en su especie (gracias a dios).
Pero lo más importante, en él hallé ese "algo"para cambiar mi rutina.... y descubrí el deseo de querer pasarla bien... con él acrecenté mi vida bohemia. Con él...en ese entonces si había una palabra que nos definía era Russkaya (marca de vodka). Él era la persona que yo había estado buscando... y creo que llegó en el momento adecuado de mi vida. La pasábamos realmente bien... ahora, justamente hoy, desearía poder detener el tiempo en aquella época... donde todo era divertirse y beber sin parar. Solo pasarla bien.
Los meses pasaron, seguíamos inseparables, confiábamos el uno en el otro, teníamos nuestros encuentros dentro y fuera del trabajo, eramos intensos, pelábamos, discutíamos, bromeábamos, reíamos, llorábamos... él se convirtió en mi mano derecha y en un buen compañero. A decir verdad, tengo los mejores recuerdos con él... ¡hasta viajamos juntos! Fueron días inolvidables... cada vez que me acuerdo de él lo hago con una sonrisa en mi rostro.
Y obviamente como toda etapa de nuestras vidas, llegó el día en que todo eso llegó a su fin.
Llegó el día de decir adiós, por muchos motivos.
El primero fue porque dejábamos el trabajo, cada uno tomaría caminos diferentes... recuerdo que ese día lloré en el parque a donde habíamos ido después de nuestro turno en aquel trabajo. Lloré porque en verdad me dolía separarme de él... tenía miedo de que él solo fuera una etapa más en mi vida... tenía miedo de que todo esa "magia" acabara... de que se quedara en el olvido... en recuerdos... en el chico que me salvó de mi rutina.... en un buen amigo de esos con los que te hablas de vez en cuando solo para no perder la costumbre.
Y lloré, abrazándolo fuerte, porque sabía que eso lo que pensaba se haría realidad con el tiempo.
El segundo motivo era porque yo ya tenía enamorado.
Bueno, quien sea quien lea esto o simplemente para despejar de dudas, no me quedé con él porque lo quería como alguien especial en mi vida. No creo que hubiese llegado a amarlo como él quería, porque ambos somos casi iguales por no decir idénticos en nuestra personalidad. Un amor bipolar no funciona y eso lo sabía yo... él no sé si de dio cuenta.... aunque aún me resuena en la mente lo que él me dijo alguna vez "Yo te quise mucho más que él". 
Luego de aquella despedida, seguíamos viéndonos tal y como habíamos prometido. Seguíamos divirtiéndonos.... obviamente no como antes (ahora yo ya tenía a alguien) pero sí nos veíamos una vez por semana (yo iba a su casa) y pasábamos el rato, conversábamos... nos divertíamos. 
Pero la distancia y el tiempo siempre mata cualquier relación.
Él consiguió empleo (lo cual me dio un poquito de celos porque yo estaba buscando y no encontraba nada) y dejamos de vernos pero igual conversábamos todo el rato mediante mensajes.
Pero yo sentía que no era como antes.
El incidente de la reunión en su casa (festejó su cumpleaños y se comportó como un cretino) acabaron por marchitar nuestra relación. Y tengo que ser sincera, no sé cuándo cambió de forma tan radical nuestro acercamiento... de verdad que no lo sé. Éramos mejores amigos... ¿Por qué cambió todo? ¿Cuándo cambió todo? ¿Fue mi culpa? ¿La de él?
Un día yo le decía "conejo" él a mí "coneja" como apodos... de cariño... ¿Por qué cambió todo?   
Yo tengo una hipótesis... quizá no sea cierta pero creo que él se cansó de seguir esperándome. A él no le gustaba que yo esté con mi actual enamorado... tal vez yo cometí el error de contarle lo mal que la pasaba en mi relación, haciéndole que me de consejos y... desahogándome con él. 
Hace un tiempo estaba confundida porque yo, en el fondo de mi ser, quería que él siga enamorado de mí.... suena muy cruel pero yo deseaba eso.
Tener a una persona a mi lado que me quiera pero que no me pueda tener.
Contar con esa persona y que estuviera ahí para mí.
Condenarlo a estar ahí siempre para mí.
Ahora que lo pienso, suena demasiado egoísta ¡Pero es que yo soy egoísta! Caprichosa la más terca cabeza hueca... y él se cansó de ser ese "amigo especial" y claro que lo entiendo.
Ya no más mensajes seguidos.
Ya no más compañía.
Ya no más salidas.
Ya no más confianza.
Ya no más... cariño.
Se acabó eso y él se convirtió en un amigo más del montón, de esos a los que escribes cuando te acuerdas, en esos de los que te acuerdas con tristeza y con alegría al mismo tiempo.
De esos que se volvieron importantes en un etapa de tu vida y compartiste cosas que jamás se repetirán.... de esos valiosos que pasan solo una vez en tu vida.
Gracias por esos momentos agradables a tu lado, Mariano.
Mi amigo especial.