domingo, 26 de octubre de 2014

Rumbo

Llega un momento, así de breve y pasajero, en tu vida que te hace recapitular cosas que has hecho y si quieres cambiar algo o mejorarlo o quizá innovar en tu alrededor. Te quedas pensando en lo que fue lo que es y lo que será y cierras los ojos y caes en un hoyo profundo... muy profundo... donde no hay respuestas solo preguntas e imágenes de tu pasado.
Y estás cansado de todo, de tu rutina, de tus círculos, de todo y de todos.
Y quieres gritar.
Quieres poder volverte miniatura... y huir, correr correr correr correr correr y no mirar atrás. Y seguir corriendo y si caes... llorar... llorar hasta que el vacío que te envuelve desaparezca... porque ya no sabes qué hacer, qué más hacer para cambiar lo que sientes o piensas.

Atravieso por ese momento en mi vida.. dónde no sé qué más hacer, a dónde quiero ir... o qué quiero hacer.

Estoy harta de todo.
Rutina.
Monotonía.
Costumbre.
Cansada de todo.
De despertar y preguntarme qué haré el día de hoy.
Simplemente pasó de un momento a otro, no le encuentro motivos a mi cambio de actitud.
Volver al pasado... pensé que nunca diría palabra alguna.
Fuerzas... que alguien me de fuerzas para continuar y no sumirme en depresión ... Es lo que pienso todo el tiempo. 
Voltear la página... estoy en tiempo de espera para continuar con mi vida normal.

lunes, 15 de septiembre de 2014

Mi persona especial... "R"

Es algo muy gracioso de recordar, por ejemplo, cuando lo vi por primera vez. 
Callado, sonriente, tímido y muuuy tonto.
Conversamos no mucho, pues rápidamente teníamos que empezar con nuestros deberes. Aunque debo decir que no me acuerdo de él hasta después de un mes o algo más.
Era un fantasma, uno más a mis ojos. 
Pude notar su presencia cuando se volvió "alguien indispensable" en mi labor diaria en el trabajo en el cual me encontraba. Sí, trabajé en un fast food (la experiencia más memorable de mis cortos 21 años). Conversábamos más, lo tomaba en cuenta, le confiaba mis"problemas amorosos", me daba unos interesantes concejos; pero, sobretodo, yo lo defendía de nuestros compañeros bulleadores. ¿Ya lo había comentado? ¡Era muy tonto! Y un sumiso... bueno, más que ahora.
Y empecé a sentir un cariño muy especial, que día a día, crecía más.
Recuerdo con una gran sonrisa en mi rostro, que con él empecé mi vida bohemia -incluido en el grupo pero estaba allí así que cuenta- y lo corrompí de la forma más graciosa que pude hacer.
Le robé un beso. Y lo marqué como mío.
¡Y se asustó!
Luego de ese día no hubo mayor cosa qué hacer, le pedí disculpas, y todo siguió su curso. Es más, apuesto a que él estaba ilusionándose con ese hecho (según me dijo nunca le habían marcado con un chupón en el cuello) y eso estaba haciendo que me aleje de él. Fue un período un tanto largo, así, evitándole furtivamente. Hasta que un día me dijo que tenía enamorada.
¿Qué? 
¿Cómo?
La conocía una semana, se le declaró, y estaban juntos ahora.
La noticia en ese momento me impactó demasiado pues considero hasta ahora que tener a alguien al lado es porque te tomaste el tiempo para conocerlo(a) y tomaste una buena decisión. ¡Pero no! El joven la conoce unos cuantos días y decide que tiene que ser de él. 
Lo odié cuando me dijo aquello. Pero como era su buena amiga, le dije lo que pensaba obviamente y que se cuidara, que yo quería lo mejor para él e iba a estar ahí cuando me necesitara.
Pasaron dos semanas más o tres, no recuerdo, y fue el GRAN cumpleaños de la susodicha. 
Me arrastraron él, su hermano y un amigo más hasta la discoteca donde lo celebraban.
Mala noche.
Él estuvo triste todo el rato porque la tipa (zorra) se la pasó con sus amigos, bailó con todos incluido mi amigo su hermano y bailó una canción con SU enamorado. Una puta canción.
Yo solo miraba cómo pasaba todo, y me di cuenta que ella no lo quería de verdad. En ese momento me dolió verlo así, y quería matar a la tipa esa.
El tiempo siguió su curso (un par de días sin exagerar) y mi amigo me cuenta que ella le terminó por mensaje de texto. 
Se deprimió mucho tiempo.
Me atrevo a decir que fue un mes de verlo así.
Trataba de ayudarle, conversar con él, hacerle sentir bien... pero, ¿qué se puede hacer cuando una persona tiene el corazón roto? 
Solo estar a su lado. 
Pasaron meses, iba mejorando poco a poco y pronto era mi amigo de nuevo... mi mejor amigo.
Me contaba que ella le seguía hablando, que a veces conversaban, y debo confesar que tuve miedo al pensar que volverían y de nuevo lo lastimaría.
Le pedí que se aleje de ella, era por su bien después de todo. Y lo hizo. Hasta la fecha, no tiene contacto con aquella mujer.
Seguían pasando los meses, hasta que llegó el día en el que yo estaba empezando a sentir algo por él y trataba de negarlo borrarlo, e incluso de engañarme pensando en otros chicos. Hasta que le dije que me gustaba cuando estábamos en una reunión y donde había mucho licor. Había bebido, mucho, y tras luego de realizar algo bochornoso del cual no recuerdo bien (besé a un amigo en común que teníamos) él me cuidó el resto de la noche. Estábamos hablando, recuerdo así de vago que le dije que lo quería mucho, que yo lo defendería mientras estuviéramos juntos... que me gustaba mucho.
"Lo siento Melany, yo solo te quiero como una amiga"
Después de ese día, pensé que había sido correcto el decirle lo que estaba sintiendo y su respuesta no me afectó demasiado en realidad. Seguíamos siendo amigos.
Pero ya no pasaba tiempo con él como antes. Después de eso, vino otro chico a mi vida. Bueno, empecé a tomarle interés a otro chico que antes se me había confesado pero que lo tomamos de buena onda porque él también se estaba convirtiendo en mi mejor amigo (hasta ahora lo es).
Y empecé a pasar más tiempo con él, a estar juntos... a salir. Me divertía mucho, somos casi iguales en ciertas etapas de nuestra personalidad (sí, es el tercer chico) y estaba intentando parar mis emociones y dejarlas fluir sin dirección alguna.
En ese entonces mi amigo estaba viéndolo todo, o eso es lo que quiero creer. Y como yo ya tenía mis sentimientos bien guardados, decidí jugar un poco. Estaba enojada porque a mí nadie me rechazaba. Indirectas, flirteo bien usado.
Recuerdo que sucedió una noche, cuando ambos estábamos solos, en un lugar cerrado pero aún en el trabajo. Y de la nada me besó.
Confieso ahora que me gustó mucho. Nada comparado con mis antiguos vaciles. Porque era diferente, porque yo lo quería. Aunque nuestra "felicidad" no duró mucho, porque esa misma noche pero un poquito más tarde, se fijó en el chupón que tenía en el cuello (producto de un vacile anterior) y se enojó demasiado. 
"Pensé que eras diferente"
Por primera vez lloré cuando llegue a mi casa y lloré mientras hablaba con él por el móvil. Descubrí que lo quería de verdad y que quería estar a su lado; que me importaba lo que pensara de mí y que me siga queriendo no importaba como su amiga. Luego de ello seguíamos hablando, volviendo al transcurso de nuestras vidas, pasando tiempo juntos de vez en cuando, yo a su lado y él en el mío. Entonces eso empezó a volverse tedioso y hasta cierto punto doloroso, porque yo lo quería como alguien más pero a la vez no y decidí decírselo. Tal vez era solo un capricho.
"Seamos vacile, pero solo en el trabajo"
En cierta forma me agradó su solución... porque podía tener un poquito de él. Fueron semanas muy graciosas ¡yo le enseñé a besar! al punto que lo hacíamos a escondidas en cada lugar que fuera. Aunque eso no duró mucho, porque mientras estaba experimentando eso con él, también lo estaba haciendo con mi mejor amigo. Ambos al mismo tiempo y, aunque fuera diferente en ambos casos, eso no significa que estaba jugando con ellos. Los quería a los dos, pero de forma distinta. No quería que sufrieran y se hicieran ilusiones y eso me atormentaba y me hacía sentir culpable. Decidí que debía acabar con esa farsa, y decidí alejarme de mi amigo, porque él era el más sensible de los dos. Fue doloroso, porque lo vi llorar, porque me pidió una oportunidad para hacerme feliz y que me esperaría el tiempo que necesitara.... me pidió ser su enamorada.
Cada vez que lo besaba sentía culpa y por eso intenté alejarme de ambos.
Pero no podía.
Aunque mi cariño por él, siempre pesó un poquito más. Mi persona especial... mi chico número cuatroDespués de ciertos sucesos, un alejamiento de él, de un viaje, y extrañarlo y querer estar a su lado... me di cuenta que él era a quien quería de verdad y estaba dispuesta a intentarlo por primera vez en veintiún años. 
Tonto, risueño, sumiso y muy especial... él es con quien quiero estar después de todo lo ocurrido en el tiempo que nos conocimos; después de un año y tres meses, le dije que sí quería estar con él.
Yo realmente lo quiero, y aunque le grite, reniegue, peleemos.... él seguirá siendo la persona más importante en mi vida. Porque con él estoy empezando a descubrir muchas emociones, me doy cuenta que yo también puedo amar y que me amen con la paciencia y la intensidad con la que él lo hace.
No se merece a alguien como yo, siempre se lo digo. Sé que lo haré sufrir y sé que lo haré llorar, pero hasta que eso pase, lo voy a querer y respetar y sobretodo: nunca mentir de nuevo. 
Te quiero, mi amor. Sí, tú... mi querido Randy.

Pronto cumpliremos recién dos meses y aunque él no lo sepa, quiero y deseo que estemos juntos por siempre. 
Suena cursi, para alguien como yo que tiene desórdenes mentales y es más fría que el hielo... pero es lo que me provoca estar a su lado. Y me gusta. Si es con él, vale la pena ilusionarme.

jueves, 8 de mayo de 2014

Cuando una persona deja huellas

Intentar olvidar o pensar en siquiera abandonar a aquella persona que creo en ti tantos recuerdos que de solo pensarlos te roba una sonrisa más que sincera... es.... es tan difícil como intentar ver al sol directamente en un día caluroso.
Tan doloroso.
La gente dice que debes dejarle ir, que no te conviene, que es una mala persona, que tú no le mereces, que sufrirás en un futuro y te arrepentirás.
Pero tú no les haces caso.
Cierras tus ojos, no escuchas nada, solo lo quieres a él o ella para que llene el vacío de tu corazón, para que cure lo dañado que está, para que lo lleve a la luz... lo saque de la penumbra.
Aunque eso te haga daño.
Aunque eso acabe destruyendo la poca cordura que tu cerebro procura mantener. 
Aunque veas a todos dándote a la espalda.
Aunque lo veas a él o ella, alejándose, de ti... porque te volviste una carga en vez de ser un refugio.
Aunque aquella persona ya no te busque, mientras tú lo haces con desesperación.
Porque llega un momento en el que amar asusta tanto que debes alejarte antes de volverte loco.
Loco de amor.
Creo que eso es la mítica del primer amor. Porque es el que nunca se olvida... porque con él descubriste nuevos sentimientos... y sufriste, tanto como sonreíste. 
Algunas veces sería mejor vivir sin corazón... sin dolor, angustias, ansiedad... sin sentimientos. Porque duelen tanto que ya no sabes qué hacer y quieres arrancártelo y quieres llorar y gritar y desear morir y que todo termine... porque ya tuviste demasiado dolor.  
Aunque una cosa es cierta: después de la tempestad, viene la calma.
Después de un día lluvioso, el cielo se adorna de un arcoiris profundo.
Paciencia.
Paciencia.

miércoles, 30 de abril de 2014

Rebasando límites

El pasado fin de semana fue del todo prometedor... y un tanto catastrófico por mi parte.
El día sábado 26, una compañera de trabajo hizo una REUNIÓN por su cumpleaños en su casa. Todo tranqui, hasta medio aburrido en un punto ya que todos nos mirábamos las caras (todos mis compañeros de trabajo fueron) y no había otra cosa más que hacer (seámos sinceros, el alcohol te desinhibe demasiado) hasta que empezaron a venir las rondas de alcohol.
Botellas, jarras y vasitos de colores con alcohol. Whisky, Ron, Cerveza y hasta Tequila había no recuerdo muy bien (por obvias razones).
Todo iba bien hasta cierto punto, la joda del momento todos empiladazos mal... hasta que perdí el conocimiento de mis actos y terminé haciendo burrada y media. No podía abrir bien los ojos ni distinguir a las personas; en fin directo al punto: terminé besándome con un antiguo compañero de trabajo... el mejor amigo del chico número tres.
No debería decir que él se aprovechó de mí (lo cual es cierto) pero al fin y al cabo yo le correspondí de tanto que se me pegaba.
Me arrepiento de haberlo hecho.
Y de otra cosa que me arrepiento es que el chico número cuatro, el cual me cuidó luego de haber hecho esa atrocidad, sabe lo que siento por él porque se lo confesé todo en mi estado de ebriedad.
Le dije que me gustaba, que lo quería demasiado y le dije tantas cosas que hasta él mismo no se lo podía creer. Y tengo miedo que eso arruine nuestra amistad, porque lo quiero tanto que no soportaría un cambio suyo de actitud.
Lo peor es que ahora todos en mi trabajo (aunque ya al haber pasado unos cinco días de eso se han calmado un poco) me joden con el SHOW que hice con Alonso, así se llama mi ex compañero de trabajo.
Odio no poder controlarme cuando estoy bebiendo un trago nuevo, y odio no tener la voluntad para decir NO al cigarro.
Esos dos componentes son mi perdición.
Solo queda olvidar ese amargo trago.

sábado, 26 de abril de 2014

Experimento mal hecho

En mi mundo, no había otra cosa nada más que música, lectura y mi almohada. Claro, ahora todo sigue igual, excepto por otro complemento desagradable cabe decir: los muchachos.
Desde que tengo uso de razón, me gustaron mucho los niños (hiperactiva con el sexo opuesto plz) pero debido a causas del cruel destino, estuve alejada de ellos durante un buen tiempo (casi toda mi adolescencia). Sin embargo, los años pasan y las facturas en gastos personales crecen... me puse a trabajar, y creo que esa fue mi perdición, hasta hace poco.

No sé cómo, no sé por qué, pero ahora mi mente está hecho un alboroto... y mi corazón desgastado.
Porque estoy ilusionada con un muchacho comprometido, cegada por el deseo con otro, y  en planes de engatusamiento con otros dos.

El primero.... es un amor de persona. Es todo lo que pedí, es lo contrario a mí.... pero ya tiene a alguien en su corazón, y lo que es peor (para mí) es que está muy enamorado de ella. 
Y eso le duele a mi corazón, porque cree estar enamorado al fin.
El segundo... es un BOOM de esos que llegan y te hacen ver estrellitas. Intenso, atrevido, enamorador... jamás había sentido con él ese deseo por alguien. Sin mentir, con él de todo.
El tercero... es un niño tan parecido a mí que me da agudos dolores de cabeza. Todo el tiempo peleamos, aunque tengamos demasiadas cosas en común. Él es mi parte masculina, es un buen amigo... hasta que me confesó que le gustaba. Desde ahí todo tranquilo, normal, pero mi corazón quiere ir en su dirección y eso es algo que no estoy dispuesta a permitirle hacer... aunque yo lo quiera un poquito. Porque él me está empezando a gustar mucho.
Y el cuarto... él es una hermosa persona. Es de aquellos que los ves crecer a tu lado y superan tus expectativas. Es aquel que quieres proteger para que los demás no le hagan daño; es aquel que estará a tu lado y te brindará concejos cuando los necesites...él es mi buen amigo, mi mejor amigo aunque él no lo sepa. Aquel que corrompí de una forma muy graciosa, y del que ahora estoy empezando a sentir algo más que un simple cariño de amigos. 

Y es que ninguno de los cuatro es mi tipo de chico ideal ¡NINGUNO! Pero ahí está alguien jugando a la toma de decisiones y me pone en esta encrucijada preguntándome : ¿Qué debería hacer?

viernes, 25 de abril de 2014

El pasado y el presente: ¿A quién elegir?

Hasta hace poco no más de un par de semanas, el pasado de mi vida le está pisando los talones al presente que vivo a pleno. Y tengo que decir que es mi culpa, porque la mayor parte vivo de recuerdos. 
Yo soy la que los busco.
Dos personas, totalmente diferentes en cada etapa de mi corta vida experimental, han vuelto de la misma forma en cómo llegaron: porque yo lo quise.
Solo basta ese bichito de la curiosidad para que quiera saber más de lo debido e involucrar emociones que deben ser ajenas a mi sentir.
No suelo ser una persona abierta emocionalmente la mayor de las veces.
Sin embargo esto está cambiando y mi estabilidad se está yendo por los suelos. Quiero uno, quiero lo otro... y no me decido.Es demasiado frustrante y ambigüo al mismo tiempo, porque me molesta mirar atrás, pero me tomo el tiempo de hacerlo cuando me distraigo. Y debo pararlo. Debo comprender que no siempre es bueno remover viejas cajas llenas de polvo al mismo tiempo, ya que al hacerlo te puedes sorprender de lo que encuentres al paso.